¿Afecta la forma de la taza a la percepción de los atributos del café?

HOSTELVENDING.COM 11/09/2024.- Más allá de contener la bebida, la taza de café puede desempeñar todo un factor decisivo en la percepción global de la misma.

La importancia de lo aesthetic. Tablones de imágenes idílicas en Pinterest y otras redes sociales inundan los móviles de millennials y generación Z. Y aunque esto ya se había demostrado previamente en estudios de hace años, lo cierto es que la taza se ha convertido en un elemento protagonista del café. Incluso muchos jóvenes utilizan estos recipientes como elemento decorativo, y a través de él llevan a cabo todo un ritual del café -u otras bebidas a base de té, como el matcha-.

Así es, la taza se convierte en una extensión en el arte del café. En términos generales, los recipientes elegidos para este propósito cumplen con la calidad estética deseada en el servicio de un buen café. Aunque una taza más o menos atractiva no mejora la calidad del producto, su forma curvilínea contribuye a su correcta conservación mientras lo disfrutamos. Bueno, aunque para muchos, sí que juran y perjugan que su taza favorita es capaz hasta de mejorar el sabor del café.

Detalles como el diámetro y la altura de la taza pueden moldear nuestras expectativas e, incluso, influir en nuestras percepciones sensoriales al degustar el café.

Como decíamos, en los últimos años, un número creciente de investigaciones ha explorado las asociaciones entre la información visual y las cualidades sensoriales esperadas de un producto. En el mundo del café, esto puede ser especialmente útil para los baristas y para el sector de las máquinas automáticas de café. La bebida debe presentarse siempre en determinadas tazas o vasos para transmitir un mensaje que vaya en sintonía con las expectativas del usuario final.

Ajustar un producto a los intereses de quien va a probar nuestro café puede fomentar una mejor predisposición hacia su compra y consumo. Para demostrarlo, Van Doorn realizó un estudio con consumidores de tres países con culturas cafeteras diferentes: China, Colombia y Reino Unido. A los participantes se les preguntó sobre sus expectativas de intensidad de sabor, temperatura, aroma, amargor, gusto y dulzura para cafés servidos en distintos modelos de tazas, sin revelarles el objetivo de la investigación para evitar sesgar sus respuestas.

Tazas para transmitir notas dulces o ácidas, y distintos aromas

Los participantes asociaron el café servido en tazas más bajas y de diámetro más estrecho con un sabor más amargo, mientras que en las tazas más altas y de diámetro más grande, la mayoría esperaba un café más dulce. Esto, explica el investigador, podría deberse a la percepción de que en una taza más alta y ancha, la proporción de café a agua (o leche) es mayor, lo que haría que el posible sabor amargo fuera menos dominante.

Por otro lado, los usuarios también asociaron las tazas de menor diámetro con cafés más aromáticos, un hallazgo que se asemeja a estudios similares realizados sobre el vino. En esos estudios, se descubrió que el vino servido en copas de cuerpo grande pero boca pequeña se percibía como más aromático, independientemente de sus características sensoriales; mientras que las copas con aberturas más grandes, que permiten que los aromas se disipen antes de la evaluación, se consideraban menos aromáticas.

No obstante, otros estudios sugieren que una copa de diámetro pequeño reduce el área superficial del contenido disponible para la difusión, liberando menos moléculas de olor del líquido, lo cual contradice la percepción general. Esto hace que el café sea un caso interesante donde las expectativas y percepciones pueden diferir.

Los consumidores encontraron que el café en tazas más bajas era más aromático que en tazas más altas. Esta asociación podría estar nuevamente relacionada con el sabor amargo y la tendencia de las personas a filtrar la información según sus experiencias.

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