HOSTELVENDING.COM 12/01/2022.- Diferentes aspectos como el atractivo de tomar un café recién molido de calidad diariamente, vivir la experiencia de elaboración al completo o la preocupación medioambiental, han provocado que más consumidores dejen atrás su máquina de cápsulas para pasarse a las máquinas de café superautomáticas.

El mundo del café siempre se ha dividido en dos tipo de consumidor: el de cápsulas y el de grano recién molido; aunque este segundo acoge multitud de formatos y perfiles como la clásica moca, la prensa francesa o las opciones más automatizadas como las atractivas superautomáticas.

En el plano doméstico, hasta ahora, el consumo de café en los hogares, que no deja de crecer, se asociaba principalmente a las cafeteras de cápsulas. Un fenómeno que en la década de los setenta –del siglo pasado-, cuando a una empresa del café se le ocurrió una idea: el objetivo, desarrollar una cápsulas para preparar cafés de calidad que pudieran consumirse con gran facilidad en cualquier espacio (hogares y OCS, principalmente). Nestlé, que entonces era líder en el mercado del café instantáneo, compró la patente y desarrolló el producto.

Hablemos de precios, ¿cuál es más económico, el café en grano o las cápsulas?

Hay que tener presente que unos 250 gramos de café molido tienen un precio de venta al usuario final de 3 euros, y esto haría posible preparar hasta 45 cafés, considerando un consumo medio de 5,5 gramos por café (Cantidad de café que habitualmente contiene una cápsula de café).

“Podríamos decir que para el consumo de un café las familias pasan de asumir un coste medio por taza, que en aquellos momentos se situaba en 0,07 euros, a asumir un precio superior a 0,30 euros que valía una cápsula de café a los inicios de su comercialización”, destacaban ya hace un par de años desde el INE.

A juicio de Arne Preuss, bloggero experto en café y barista, el precio dependerá de la marca, pero en esencia: “El precio del café de cápsulas es de hasta cinco veces más alto que el precio del café en grano. Las cápsulas de café siempre parece «barato» porque hay poca o ninguna información sobre su origen o sobre la situación de los caficultores”, opina.

Pero para poner toda esta tendencia de las cápsulas en perspectiva, debemos echar un vistazo al mercado del café. Y es justo ahí donde surge uno de los factores que ponen en tela de juicio a las cápsulas: aunque el precio de mercado del café verde lleva años bajando, los costes de tueste, marketing y toda la logística de trasladar los granos de café a la taza se han incrementado.

Tal y como menciona Arne Preuss en Coffeeness, el informe sobre el café de 2019 de Tchibo, el consumo de esta bebida tan solo aumentó un 2,2% entre los ejercicios de 2015 a 2018. Esto plantea a los fabricantes una ardua tarea: luchar por un número de clientes poco variable en un segmento de mercado poco activo. Pero, ¿hay forma de diferenciar el producto?, ¿es el café siempre café?

¿Cómo diferenciarse entonces de la competencia?

Hasta hace relativamente poco, a los consumidores poco les importaba la variedad del café que compraban, consecuencia de una cultura del café muy poco arraigada. En España lo veíamos tan claro como con el porcentaje de consumo del café torrefacto. Por suerte, es una tendencia que está cambiando, el usuario final busca cada vez más un café de origen, sabe lo que significa café torrefacto y lo que ello conlleva; incluso diferencia la variedad arábica con la robusta.

A pesar de ello, volviendo al plano doméstico, hay parte de los consumidores que está ya acostumbrado a comprar su café en el supermercado a un precio prácticamente fijado en oferta, así que trasladan este requisito económico a otras marcas de la competencia.

Sin embargo, la espiral de precios solo puede acabar frenándose; tiene que haber una fórmula para vender café en un nuevo contexto que sea tan atractivo que incluso los precios más caros del café no supongan un problema.

La perspectiva medioambiental entra en juego… ¿qué pasa con el reciclaje de las cápsulas?

En la práctica, aunque cada vez es menos frecuente, todavía se emplean bolsas de aluminio para otros métodos de preparación de café. De promedio, una bolsa de aluminio típica para un café de 500 gramos pesa hasta 15 gramos.

“Esto es horrible y, por ello, muchos tostadores decentes se aseguran de utilizar bolsas sin aluminio para su café en grano. Pero aún con bolsas de aluminio, es raro que te acabes un paquete entero en un día”.

Por otro lado, si tenemos en cuenta el nivel de llenado medio de una cápsula genérica (cinco gramos por cápsula) y utilizamos esa misma cantidad para nuestra preparación, la bolsa de aluminio tardará unos 50 días en vaciarse.

Desde hace un par de años, el aluminio y el reciclaje son temas de rabiosa actualidad. Es cierto que los índices de recuperación y reciclaje del aluminio son muy elevados (superan el 90 %, dependiendo de la fuente estadística), y que cada vez más compañías cafeteras que producen café en cápsulas han llevado a cabo diferentes proyectos de recogida y reciclaje de cápsulas (como el caso de Nestlé).

Sin embargo, en la práctica, no todo el aluminio es igual. Para que el metal se recicle de idóneamente, es necesario separarlo cuidadosamente del resto de materiales reciclables. Y luego está la dificultad añadida de las diferentes aleaciones, que provocan que no todos los envases de aluminio pueden tratarse de la misma forma.

Con todo esto presente, lo cierto es que el aluminio reciclado ahorra hasta un 95% de energía si lo comparamos con la producción de este material nuevo. El reciclaje funciona, pero precisa del compromiso de todos, no solo de las empresas. De nuevo, al igual que ocurre con el café de calidad, se trata de fomentar una cultura potente de reciclaje en la ciudadanía.

El triunfo de las superautomáticas

El triunfo de las superautomáticas fue también, en cierta medida, como confirman desde Coffeeness porque gran parte de los consumidores estaban cansados de las cápsulas.

“Todas las pruebas de las cafeteras superautomáticas demuestran que esta categoría de máquinas ofrece más prestaciones por menos dinero. Incluso utilizando los mejores granos de café y los más caros”, expone el barista Preuss.

Por ello, a finales del año pasado comenzamos a ver una nueva oferta de superautomáticas dirigidas al segmento del hogar por parte de los fabricantes de máquinas profesionales, con el objetivo de ofrecer una bebida de calidad sin tener que salir de casa.

Acercarse al hogar del usuario con una máquina completamente automática es la clave, y una consecuencia también de la expansión del teletrabajo; presentándose como una gran alternativa para hacer la pausa del café en casa: oficinas con coffee corners con superautomáticas y hogares con máquinas automáticas entre la empresa y los trabajadores.

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