El consumo de bebidas azucaradas se reduce vía impuestos en Cataluña

HOSTELVENDING.com 10/04/2018.- Cataluña prácticamente calca la evolución en el consumo de bebidas azucaradas que se produce en aquellos países que decidieron crear nuevos impuestos para reducir las tasas de obesidad.

Sin datos oficiales por parte del área de Hacienda de la Generalitat, el pasado fin de semana se dieron a conocer los recopilados por el Centre de Recerca en Economia i Salut de la Universitat Pompeu Fabra y el Institut d’Economia de la Universitat de Barcelona y que apuntan a una reducción del 22% en las compras de este tipo de producto desde que comenzara a aplicarse el 1 de mayo del pasado año.

Como mencionábamos ayer en el caso de Portugal, el primer impacto logra los objetivos propuestos con esta medida: frenar el consumo y lograr una nueva fuente de financiación dirigida a las políticas de salud. Aunque en este segundo caso las previsiones del Gobierno catalán fueron demasiado optimistas viendo los primeros resultados ya que la recaudación se ha quedado en 22,7 millones de euros frente a los 41 millones que esperaba obtener, lo que supone un 30% menos.

A pesar de que se trata de una tasa recurrido al Tribunal Constitucional al considerar que se produce un agravio comparativo a la industria si tenemos en cuenta otros Comunidades Autónomas, el impuesto no se ha suspendido, de ahí los resultados del informe.

“Sin ninguna duda, el impuesto ha sido efectivo y ha conseguido el objetivo que buscaba a corto plazo”, afirma la coautora del estudio Judit Vall, en declaraciones a la agencia ACN.

“También encontramos que se reduce mucho más el consumo de bebidas azucaradas en zonas de Catalunya donde hay una elevada tasa de obesidad y, por tanto, entre la población que tiene más riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares o diabetes”, explica Vall. Concluyen que estos datos son un “indicio” que hace pensar que a medio y largo plazo el impuesto puede tener “efectos positivos en la salud de las personas”.

Sin embargo, en otro lugares donde se ha aplicado esta medida, los resultado apuntan a una estabilización del consumo. Una vez que se produce el primer gran descenso, los valores se mantienen, ya que la oferta sigue ahí y el público asume esos céntimos de más que tiene que pagar como nos apuntaban las empresas operadoras de Portugal consultadas.

La cadena Bon Preu, que tiene casi 160 súpers por toda Catalunya y una cuota de mercado del 10%, proporcionó los datos para la invertigación, surgida de las porpias universidades.

No se tienen datos de su incidencia en el vending aún, pero en parte pueden ser extrapolables ya que, al contrario de lo que ocurría en Portugal, las empresas están obligadas a repercutir el aumento de precio en el consumidor final, por lo que no puede asumir las pérdidas en un intento por mantener el consumo, tal y como ha recomendado la Organización Mundial de la Salud cuando ha apoyado este tipo de medidas coercitivas.

Los catalanes compran menos refrescos o mejor dicho los sustituyen por los que aportan una etiqueta tipo pero o light, también por el agua.

En Catalunya, el encarecimiento medio ha sido del 20% en los envases grandes, con un descenso del consumo del 26%; y de entre el 5% y el 10% en los pequeños (las latas, por ejemplo), con el 16% menos de consumo. El gravamen es de 8 céntimos por litro para las bebidas con entre 5 y 8 gramos de azúcar por mililitro; y de 12 céntimos para las más azucaradas.

Petición realizada por la ONU

Cataluña es la única comunidad autónoma española que ha decidido seguir las recomendaciones de Naciones Unidas, aunque en muchas otras se está estudiando la posibilidad y han surgido iniciativas parlamentarias en este sentido.

Fue en 2016 y coincidiendo con el Día Mundial contra la Obesidad cuando la OMS defendía la creación de impuestos específicos, centrando la atención en las bebidas azucaradas.

“Desde un punto de vista nutricional la gente no necesita azúcar en sus dietas”, señalaba en su momento Francesco Branca, director de Nutrición, Salud y Desarrollo de la OMS, en un comunicado emitido por su institución. “La OMS recomienda que si la gente consume azúcares libres, mantenga su consumo por debajo del 10% de sus necesidades energéticas globales y las baje a menos del 5% para obtener beneficios adicionales para su salud”, resaltaba Branca. Una sola lata de refresco convencional contiene más del 100% de todos los azúcares libres considerados óptimos por la OMS para un día.

“Si los gobiernos ponen impuestos a productos como las bebidas azucaradas, pueden reducir el sufrimiento y salvar vidas”, aseguraba. Además, señala la OMS, estos impuestos reducen el coste que el tratamiento de esas enfermedades generan en el sistema sanitario y supondrían una recaudación que podría dedicarse a políticas adicionales de promoción de la salud.

Sin embargo, aunque puede ser una medida impactante a corto plazo, desde la industria, como ya nos advertía la asociación de Fabricantes de Refrescos, defienden que este tipo de tasas no cambian el comportamiento de la gente y el consumo no se reduce a largo plazo, por lo que al final simplemente se trata de diseñar nuevos impuestos que asumen los consumidores.

Una nueva vía para luchar contra la obesidad

Los productos con azúcar están en la oferta y, por tanto, van a seguir en la cesta de la compra. La idea de la reformulación de productos es la que ha saltado a la palestra para intentar cumplir con los nuevos objetivos para una vida saludable y que la industria pueda mantener su nivel de desarrollo.

Es el gran compromiso que ha adquirido la industria con el Ministerio de Salud y que se ha concretado en un plan para los próximos cuatro años. las empresas, de manera voluntaria, investigarán y desarrollarán nuevos alimentos y bebidas que reducirán los contenidos no solo en azúcares, sino también en grasas y sal.

¿A cambio de qué? Pues en principio de que no cunda el ejemplo de Cataluña…

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