La expendedora, ¿aliada o enemiga para la alimentación equilibrada en el trabajo? (1ª Parte)

HOSTELVENDING.com 01/07/2015.- Promover la salud en el lugar de trabajo siempre ha estado ligado a determinadas políticas públicas impulsadas desde la administración y, en los últimos tiempos, también a la empresa privada toda vez que se han demostrado los beneficios que aportan medidas destinadas a mejorar la salud de los trabajadores tratando de influir en el entorno y en sus prácticas.

Desde Hostelvending nos hemos querido preguntar qué papel cumplen las máquinas expendedoras en el diseño de las estrategias alimentarias que se presentan en los centros laborales, si es que tienen alguno, y cómo se puede implicar más en un proceso que se incentiva cada día en nuevos espacios.

Es básico que quienes emplean y quienes son empleados tomen conciencia de que las personas más saludables hacen mejor su trabajo y redunda en beneficio de todos. Y no es solo es una cuestión de productividad laboral. La persona que se cuida y tiene hábitos más saludables se ausenta menos de su puesto y afronta su día a día con mayor vitalidad.

La evidencia de algunos estudios ha demostrado la utilidad de promover la salud en los lugares de trabajo, sobre todo en áreas como el control del tabaquismo y el consumo de alcohol, la mejora de la alimentación y del incremento de la actividad física, el control de la hipertensión y de la obesidad, el dolor de espalda y otros problemas músculoesqueléticos, así como la gestión del estrés laboral o la prevención de los accidentes de tráfico ‘in itinere’.

Pero cómo se elaboran estos planes en los ámbitos laborales, qué factores se tienen en cuenta, quién los diseña, cuáles son sus objetivos, cómo se valora su implantación, qué resultados arrojan una vez implantados… En este amplio reportaje intentaremos aclarar estas preguntas y determinar cómo el vending puede colaborar desde un papel activo y cercano.

La Promoción de la Salud en el ámbito laboral

La Promoción de la salud en el lugar de trabajo es una estrategia de salud pública avalada por la comunidad científica y los más importantes organismos internacionales relacionados con la salud y el trabajo (Organización Mundial de la Salud, Organización Internacional del Trabajo, Red Europea de Promoción de la Salud en el Lugar de Trabajo, entre otros).

Cuenta a su favor con el protagonismo y el liderazgo que representa para una empresa o centro de la administración la posibilidad de formar parte de una estructura de Responsabilidad Social, término que también está contribuyendo a una mayor implicación en este tipo de planes por parte d ella empresa privada. La salud de los trabajadores y trabajadoras, su promoción, así como la prevención de la enfermedad laboral y la prevención de los accidentes, son un valor que debe formar parte de las inquietudes de las empresas y de los centros de trabajo no solo de la administración pública, pero desde luego sobre todo de ella.

La Promoción de la salud en el lugar de trabajo implica proporcionar información y habilidades a los trabajadores/as y promover mejoras en las condiciones del entorno laboral, haciendo más fácil la elección de prácticas y conductas saludables y ganar salud en el centro de trabajo. Se trata, por tanto, más de formar e informar que de imponer o limitar.

No es cuestión de prohibir alimentos, tampoco de limitar a las empresas que prestan sus servicios de restauración y venta automática, sino más bien de enseñar a comer y a combinar la vida activa de los trabajadores con las posibilidades de cada cual. Es importante dejar esto claro, puesto que a veces parece que hay más intervencionismo del que en realidad se produce. Solo en casos muy concretos, que veremos a lo largo del reportaje, se limita la oferta alimentaria teniendo cuenta tanto la vulnerabilidad del público al que se dirige como los planes específicos que se ponen en marcha.

Aunque la promoción de la salud en los centros de trabajo va mucho más allá de la alimentación y la realización de actividades físicas, nosotros vamos a centrarnos en estos aspectos, sobre todo, en el primero de ellos, por ser el que se relaciona con nuestro sector de manera directa. Dejamos pues a un lado la carga de trabajo, las condiciones ambientales en las oficinas, la distribución de tareas, etc.

¿Por qué intervenir?

Existen numerosos resultados que demuestran los efectos positivos de la promoción de la salud en el lugar de trabajo para los trabajadores y, en consecuencia, para las empresas y los centros de la administración. Hay una serie de factores que contribuyen al incremento de las enfermedades crónicas -dieta deficiente, falta de actividad física, consumo de tabaco, estrés laboral- y que se pueden alterar:

• La evidencia describe efectos positivos en relación con factores de riesgo relacionado con hábitos en el trabajo (ejercicio físico, presión sanguínea alta, nutrición, estrés y tabaco). La mayoría de los estudios ponen de relieve el papel que desempeñan los entornos de apoyo y las políticas organizativas.

• Entre los resultados conductuales a corto plazo existe una evidencia concluyente de intervenciones sobre la hipertensión; sugerente para la nutrición y el colesterol y para el ejercicio y el alcohol. También son eficaces las intervenciones para el abandono del tabaco.

• Esa evidencia incluye las actividades que se concentran en un diseño ergonómico del lugar de trabajo, al igual que en diversas prácticas de la organización.

• Otros estudios muestran que la intervención tiene un efecto significativo sobre la ingesta de grasa, fibra y frutas y verduras. Por su parte, otras evidencias muestran que los cambios ambientales pueden influir en la ingesta dietética y que la promoción de la salud en el lugar de trabajo disminuye las ausencias por enfermedad y parece incrementar el bienestar mental. Del mismo modo, la intervención en promoción de la salud aporta valor al bienestar de los empleados/as y a su capacidad para trabajar. Las actividades que implican ejercicio, estilos de vida y ergonomía son potencialmente efectivas.

• En general, aumenta la productividad, reduce los costes sanitarios y sociales, aumenta la motivación y satisfacción del personal y facilita la iniciativa personal, aumenta el impacto positivo en la sociedad de los productos y servicios de la empresa y en definitiva, la empresa o administración van adoptando el paradigma de la responsabilidad social como una oportunidad de mejora y de distinción, así como de valor añadido, con respecto a los competidores en su sector del mercado.

Para lograr resultados concluyentes y que realmente aporten beneficios en la salud y también en las propias dinámicas empresariales es vital implicar a la dirección de las empresas y a los propios trabajadores, dando mucha formación y también facilitando recursos para elaborar los programas y realizar campañas concretas.

CASO DE ÉXITO: ‘POR UNA COMIDA SANA, TÚ ELIGES’

Ahora vamos a centrarnos en un ejemplo que en los últimos años se ha llevado parte de los principales reconocimientos que se aportan en esta materia y que además incluye el vending como una parte activa y esencial en su propuesta. Hablamos del programa ‘Por una comida sana, tú decides’, promovido por investigadores de la Universidad de Navarra y de la Clínica Universidad de Navarra.

Con el Premio Estrategia NAOS (Nutrición, Actividad Física y Prevención de la Obesidad) en el ámbito laboral, otorgado por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, entre sus galardones, el programa se inició en 2011, financiado por la Fundación Mapfre y con un equipo multidisciplinar al mando formado por Alejandro Fernández Montero y Ana Rodríguez, médicos del Área de Medicina del Trabajo; Susana Santiago, Itziar Zazpe y Roncesvalles Garayoa, profesoras de Nutrición Humana y Dietética; y Ana Sánchez Tainta y María Marques, dietistas-nutricionistas del departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública.

“Fue el propio centro de trabajo el que acudió a nosotros para poner en marcha el programa. Primero haciendo un estudio exhaustivo de las diferentes cafeterías y comedores que había en la Universidad junto a tres nutricionistas y luego elaborando la estrategia de acción”, nos explica el doctor Alejandro Fernández.

El trabajo de campo preliminar fue el que marcó el desarrollo de todo el plan. Tras analizar los menús y la oferta alimentaria de todos los canales en el campus se llegó a la conclusión de que “no era demasiado saludable”. El gerente de la institución encomendó al equipo liderado por Alejandro Fernández el proyecto que, en busca de fondos, acudió al programa de la Fundación Mapfre que aportó los primeros 15.000 euros.

Con la subvención inicial se llevó a cabo una encuesta entre estudiantes y trabajadores para “establecer el tipo de población con la que íbamos a trabajar, los hábitos alimentarios con los que partían, las actitudes hacia el cambio que mostraban, las opiniones sobre las estrategias de acción propuestas para cambiar esos hábitos, etc.”, relata.

La primera gran diferencia se estableció entre los propios grupos diferenciados en el campus. Por un lado los profesores y por otro los alumnos aportaban datos muy dispares que hacían necesaria la planificación de una estrategia muy medida. Por un lado el 22% de los 1.400 encuestados mostraba problemas de obesidad, mientras que el 9% presentaba bajo peso. Había que evitar, por tanto, posibles problemas con los segmentos más vulnerables y alejarse de términos como dieta o pérdida de peso.

“Por eso se decidió apostar por la dieta mediterránea, la opción que se presentaba más equilibrada y saludable para nuestro ámbito de actuación y también la que presentaba mejor conocimiento”, señala Fernández. Era el término más fácil desde el que partir. El 40% de la población estudiada ya presentaba cierta adhesión a la dieta mediterránea (siendo algo inferior entre los estudiantes), mientras que el 32% de los sondeados se mostraba dispuesto a mejorar sus hábitos si se les proporcionaba ayuda.

Y desde este punto se inició la intervención en la oferta, apoyada en una amplia campaña de formación e información. Los objetivos eran lograr menús más saludables en las cafeterías, productos más equilibrados en el vending, habilitar más puntos para comer con alimentos traídos desde casa y también lograr una oferta de catering para los eventos que se realizaran en la Universidad más saludable.

Una alimentación equilibrada debe contener todos los grupos de alimentos en las cantidades adecuadas, adaptándose a los requerimientos energéticos que cada persona necesita. La pirámide alimentaria nos enseña de una forma gráfica y sencilla las recomendaciones de consumo de cada grupo de alimentos, de manera que en la base se sitúan aquéllos que deben incluirse a diario en la dieta y conforme subimos hacia el vértice encontramos los alimentos que deben tomarse de forma más esporádica.

La campaña se ponía en marcha y “no se trataba de cambiar ni de imponer productos a los operadores, sino de colaborar con ellos y tratar de modificar la mentalidad de los consumidores, que son los que al final deciden qué quieren comer”.

La estrategia consta de acciones dirigidas a diferentes ámbitos de actuación. En el plano educativo se activaron talleres para alumnos y profesores, se promovió la organización del Día Saludable en la Universidad en el que solo se podían vender productos enmarcados dentro de la oferta de dieta mediterránea y se incentivaba con descuentos las compras de productos saludables en las máquinas expendedoras y se intervino también en el Día del Deporte de la Universidad.

De manera específica, para los trabajadores, el médico laboral diseñó dietas sanas para aquellos que lo solicitaron y, para la comunidad en general, se trabajó con las cafeterías para cumplir con un decálogo que se diseñó junto a los nutricionistas y que aconsejaba para la elaboración de menús sanos y equilibrados prácticas como ofertar siempre verduras y ensaladas en los menús, incluir carnes magras de pollo o pavo y pescados de manera habitual, siempre ofrecer fruta entre las posibilidades del postre, lácteos desnatados, pan integral o disminuir las raciones en el caso de que se solicitara.

“Además nos facilitaron los menús que elaboraban para poder valorarlos y diseñar un semáforo de dieta mediterránea. Así los usuarios de las cafeterías podían identificar de manera rápida que platos se adherían más a la dieta mediterránea y cuáles menos”. Con el operador de vending que prestaba sus servicios en un primer momento se acordó poner un máquina solo con productos sanos y equilibrados e incluir en las restantes al menos 15 productos de estas características para que el usuario pudiera elegir, incluyen frutas, zumos, frutos secos, etc.

Así se estuvo trabajando durante los dos primeros años, cuando se planteó una nueva consulta para comprobar si se había producido alguna evolución. El 83% de los consultados calificaba como positiva o muy positiva la experiencia, mientras que el 14% afirmaba haber mejorado bastante sus hábitos alimentarios y un 60% “algo”. Además el 38% declaraba que sí se les había ayudado a mejorar la alimentación en la universidad, “un porcentaje bastante mayor del que nos esperábamos”, se sincera el doctor.

La adhesión a la dieta mediterránea alcanzó al 62% de los encuestados, registrándose un mayor aumento entre los alumnos que a su vez eran los que partían con un menor porcentaje. “Esto nos animó a seguir con el proyecto y logramos más apoyo para financiar nuevas actividades.

Pero y ¿las cafeterías y los proveedores de vending? ¿Se han visto perjudicados? El doctor Alejandro Fernández afirma que algunas han puesto más pegas que otras, pero que en el caso del vending, con la entrada de un nuevo operador, como es Nordisven, el trabajo está siendo bastante bueno. Entró en septiembre del pasado año y lo hizo conociendo las nuevas condiciones que se habían negociado con la Universidad, esto es, una oferta de productos variada en la que deben incluirse frutas y productos bajos en grasas, que además se destacan dentro de las máquinas con un distintivo que indica cuáles son opciones más saludables.

“El consumidor tiene derecho a estar informado y también a elegir la opción que prefiera y por eso hay que facilitársela”. A final de curso, Nordisven se ha comprometido a aportar datos de consumo según el tipo de producto, lo que aportará una evidencia más sobre la rentabilidad que tiene o no incluir productos más saludables, la principal pega que ponen los operadores a la hora de variar la oferta.

Y es que el miedo a que no se recaude lo esperado porque realmente el consumidor lo que demanda en una máquina es una compra por impulso de un snack atractivo a los ojos y sobre todo al estómago es el principal obstáculo y, desde luego, el motivo por el cual los operadores abandonan e incluso renuncian a contratos atractivos si se exigen ciertas limitaciones en la oferta.

En la empresa privada quizás es más complejo tratar estos temas ya que la implicación de la dirección debe ser total. La elaboración de programas de salud requieren una serie de recursos que no todas las compañías pueden asumir, así que no es extraño ver como son las grandes corporaciones las que pueden permitirse una planificación de estas características.

Otro ejemplo es el encabezado por FCC que atendiendo a los objetivos incluidos en lo que se denomina Responsabilidad Social Corporativa ha asumido la promoción del bienestar laboral de sus empleados. De esta manera, se alinea con los propósitos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que defienden la promoción del bienestar laboral como factor de calidad del trabajo integrando la salud de las personas y la productividad de la empresa.

FCC cuenta con cerca de 55.000 empleados en todo el mundo, de los cuales más de 40.000 están en España, y para todos ellos lanzó el proyecto Empresa Saludable. Esta iniciativa se presentó hace poco más de un año, concretamente en la última semana de abril de 2014, cuando organizaron diversas actividades en materia de seguridad, salud y promoción de la salud con motivo de la celebración del Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo. Así, se buscaba agrupar todas las actividades que en estas materias ya se desarrollaban en FCC desde hace varios años y también transmitir a todo el grupo el concepto y las líneas a seguir.

Empresa Saludable integra, por lo tanto, una estrategia global de mejora continua de la promoción y la protección de la salud, la seguridad y el bienestar de los trabajadores, así como de la productividad y la sostenibilidad de la empresa. Este proyecto marca el camino para dirigir todas las acciones relacionadas con el mantenimiento de la seguridad en el entorno laboral; generar e impulsar espacios, conocimientos y hábitos de vida saludables; promover el bienestar físico, mental, emocional y social. Todo esto se traduce en diversas iniciativas que fomentan el ejercicio físico, la nutrición sana, el descanso reparador y el cuidado de la salud. El principal objetivo de FCC Empresa Saludable es generar una cultura para que se promueva y se participe de una vida más saludable, reducir los índices de accidentabilidad y absentismo, así como generar un efecto positivo que repercuta en la productividad, competitividad y sostenibilidad del Grupo de Servicios Ciudadanos.

En cuanto a las iniciativas relacionadas con la alimentación saludable, destacan diversas campañas informativas y de promoción de hábitos alimenticios saludables. Entre ellas, FCC ha llegado a un acuerdo con el suministrador de las máquinas de vending para la promoción y el etiquetado verde de productos saludables.

También se han colocado diversos pósters en las áreas de descanso, como el de ‘5 al día’ sobre la cantidad recomendada de comidas diarias, o el de la pirámide ‘Cuida tu alimentación desde la base’. Asimismo, se han señalado parámetros que ayudan a fomentar una alimentación más saludable: estableciendo criterios de la Estrategia para la Nutrición, Actividad Física y Prevención de la Obesidad (NAOS) a la hora de contratar servicios de hostelería y restauración. El Servicio Médico de FCC, además de atender a los empleados, también se implica en la promoción de estas campañas. Por ejemplo, el Servicio Médico de Málaga realizó un Concurso de Tapas Saludables en la localidad de Benalmádena, que tuvo un gran éxito de participación.

Ya hemos hablado en alguna ocasión del Proyecto ‘Vending para una alimentación saludable’ impulsado desde Innobasque a través de Gosasun. Con el se intenta implicar a las empresas, haciéndolo no desde una perspectiva tan integral como lo requieren los planes de salud en el trabajo, pero al final persiguiendo el mismo objetivo y, lo que es más importante, centrándose exclusivamente en el vending.

La experiencia arrancó con el trabajo del denominado ‘Grupo Tractor’, seis empresas y organizaciones -Deusto Saludable, Laboral Kutxa, Getxo Kirolak, Mondragon Unibertsitatea, Mercedes – Benz Vitoria y el Hospital Universitario de Cruces- con las que se ha trabajado a lo largo del primer trimestre del año para hacer realidad esas metas propuestas. Desde Gosasun se les prestará asesoramiento para la implantación de ese “vending sano” y se realizará la evaluación de los resultados del proyecto.

En su esfuerzo por promover un entorno saludable y cuidar la alimentación de sus usuarios, las empresas que se han subido al proyecto han decidido implantar una política de vending que incluya al menos un 50% de productos considerados como saludables en todas sus máquinas expendedoras.

Se pueden identificar estos productos por la pegatina verde situada en su número correspondiente en la máquina de vending. “El consumo de estos alimentos contribuirá en mayor medida a que lleves una alimentación saludable, pero recuerda que todo lo que comas durante el día tiene que estar en equilibrio con tu gasto energético según la actividad física que realices”, informan por ejemplo en Deusto.

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