Productos ecológicos, ¿cómo identificarlos y llamar la atención del consumidor?

Los productos ecológicos piden paso en el vending con más oferta y empresas

HOSTELVENDING.com 11/05/2018.- Lo hemos vuelto a ver en Alimentaria. Las estrellas en todos los ámbitos, ya sean snacks, bebidas, dieta mediterránea, dulces, carnes, vinos…, han vuelto a ser los productos ecológicos, “veggies”, bio, asociados a estilos de vida y alimentación saludable.

Y es que no solo es un mercado necesario por muchas cuestiones, ambientales y económicas, sino que ya es una demanda real del consumidor. Uno de cada tres españoles consume productos de este tipo para regocijo de un sector que mueve unos 1.500 millones al año según el Ministerio de Agricultura.

Las grandes cadenas de distribución están entrando en esta industria, una irrupción que se mide con tiento ante las posibles consecuencias. Todas las grandes marcas están potenciando su línea eco y consecuentemente su entrada en el vending se verá reforzada.

Ya hay marcas especializadas dentro del canal y experiencias que se enfocan únicamente en este tipo de oferta, avanzadillas que no quieren que la lentitud habitual del vending deje pasar la oportunidad.

Sin la necesidad de este apoyo al que se están apuntando ahora grandes multinacionales, el mercado lleva años luchando por su puesta en valor. Hay quienes han confiado en esta versión de productos elaborados respetando los procesos naturales de producción y sin demasiado añadidos externos desde el principio y por eso iniciativas como las de VerdVending y su oferta especializada cuentan con cierta ventaja poniendo el acento sobre los beneficios de este tipo de alimentos.

Sobre el impulso que ha experimentado esta industria en estos últimos años nos habla Aleix Baltà de Plataforma Ecológica: “Podemos remitirnos a los datos que emiten entidades certificadoras. Todas ellas disponen de un registro de operadores de productos ecológicos. Si analizamos los datos de los últimos años veremos que año tras año aumenta el número de operadores inscritos en dichos registros”.

En 2015 España pasó a formar parte del top 10 de países líderes en producción ecológica, siendo también el cuarto país en superficie ecológica cultivada.

Los obstáculos en las etiquetas

A pesar de que los consumidores están cada vez más informados, todavía hay grandes lagunas provocadas por conceptos que se confunden de manera a veces intencionada. Identificar en el vending este tipo de oferta sigue necesitando de ayuda externa, en modo de cartel o de publicidad expresamente creada para llamar la atención de estos productos, porque no podemos acceder a las etiquetas y pocas máquinas incluyen la tecnología necesaria para consultarlo antes de la compra.

Así que o conocemos el producto o vemos su etiqueta para saber que estamos accediendo a un alimentos ecológico, un hecho que la venta automática tiene que tener muy en cuenta si quiere aprovechar esta importante tendencia.

En algunos países, como Estados Unidos hace pocos días con el desarrollo completo del Plan que impulsó Barak Obama, y con la excusa de detallar la composición de todos los ingredientes de cualquier producto, se hace obligatorio darlo a conocer antes de cualquier transacción comercial. No es de extrañar que cunda el ejemplo y empecemos a ver como se hace indispensable dar esta información a través de pantallas interactivas, aplicaciones o de alguna otra manera fiable en las propias expendedoras.

Como nos relata Aleix Baltà de Plataforma Ecológica, “actualmente existen diferentes normativas que regulan el sector ecológico y por las que se rigen productores y elaboradores de productos ecológicos. La producción ecológica se encuentra regulada en España desde 1989”. En 1993 entró en aplicación el primer Reglamento comunitario que fue sustituido por el actual Reglamento 834/2007 del Consejo sobre producción y etiquetado de los productos ecológicos, desarrollado por los Reglamentos de la Comisión, 889/2008 sobre producción y etiquetado de los productos ecológicos, con respecto a la producción ecológica, su etiquetado y su control.

Por otra parte también encontramos el Reglamento 1235/2008 en lo que se refiere a las importaciones de productos ecológicos procedentes de terceros países.

“Tras toda esta legislación, existen organismos públicos y privados, según el país o incluso la región específica de la que estemos hablando, que se encargan del control y la gestión de los operadores de productos de producción agrícola ecológica. Estos organismos u empresas se encargan de verificar el cumplimiento de la legislación y de la realización de un seguimiento periódico de los operadores certificados”, señala Baltà.

La legislación obliga a que todos los productos ecológicos que se producen en la Unión Europea estén etiquetados con las menciones correspondientes. Esto ofrece al consumidor la posibilidad de identificar los productos producidos según las regulaciones de producción ecológico. Es, por otra parte, la única garantía con la que cuenta el consumidor.

“La principal garantía de que un producto es orgánico es el sello conocido como ‘Eurohoja’, que confirma que este producto ha superado los controles que exige la legislación de la Unión Europea en cada paso de la cadena de elaboración”, afirma el equipo directivo de Espacio Orgánico, que comercializa cajas con ingredientes sanos y ecológicos. En España, esta supervisión está transferida a las comunidades autónomas, ya que la Eurohoja va acompañada del sello de la comunidad correspondiente.

Existen certificadoras privadas como Sohiscert (SHC), Nature et progrès, Demeter, Ecocert, Natrue o International Organic and Natural Cosmetics Corporation. Un producto que solo lleve estos sellos, pero no el de la UE, no puede considerarse ecológico, según la normativa comunitaria. Esto no significa menos calidad ecológica, sino diferentes criterios.

En cuanto a la comercialización, “cada vez es más frecuente encontrar pequeñas tiendas locales dónde se comercialicen productos ecológicos y poco a poco se ha ido consolidando un mercado que ha llegado para quedarse”, relata el responsable de esta Plataforma, creada para acercar todas las partes implicadas en la producción agraria ecológica, desde los pequeños y medianos productores de productos ecológicos, los elaboradores y comercios locales así como todos aquellos espacios gastronómicos que fundamenten su oferta en productos ecológicos y de proximidad.

Las tiendas y supermercados que combinan lo orgánico con lo convencional pueden dar lugar a equívocos. “Existen secciones de alimentación sana en la que se pueden encontrar productos ecológicos junto a otros que no lo son. El etiquetado de estos productos puede llevar palabras como ‘natural’ o ‘sano’ sin serlo, por eso, lo mejor es mirar los sellos”, afirma Nacho López, gerente de Espacio Orgánico.

Requisitos para lograr el sello de alimento ecológico

Para lograr el sello de un alimento ecológico se debe cumplir con los requisitos que establece el Reglamento (CE) 889/2008 sobre producción y etiquetado de los productos ecológicos. Como aspectos clave en la producción ecológica, la Plataforma destaca los siguientes:

-Trabajar la fertilidad del suelo y el cultivo mediante ciclos de materia orgánica y nutrientes minerales, así como otros subproductos generados por la propia explotación.
-Proporcionar a los cultivos y al ganado condiciones de vida y de bienestar adecuados de tal manera que les permitan un desarrollo lo más natural posible y que permitan obtener unos rendimientos productivos satisfactorios.
-Mejorar la integración de los cultivos y los rebaños mediante aquellas especies autóctonas y más adaptadas a las condiciones locales.
-Evitar cualquier forma de contaminación o de pérdida de calidad del producto por causa de técnicas empleadas en los procesos productivos o de manipulación de los productos agroalimentarios, no se permite la utilización de abonos y sustancias de síntesis química.
-Potenciar el equilibrio socioeconómico es otra finalidad de la producción agraria ecológica para conseguir una producción de alimentos en cantidad suficiente para satisfacer los ingresos y las condiciones de trabajo de los agricultores y ganaderos, maximizando así el impacto social del sistema agrario y el vínculo entre productores, elaboradores, comercios, y consumidores finales.
-Por último, en la producción agraria ecológica no está permitido el uso de organismos modificados genéticamente (OGM) o también conocidos como alimentos transgénicos.

Cada vez están más claros las condiciones para los consumidores aunque todavía se genera cierta polémica o dudas sobre la utilización de determinados productos en según que países e incluso regiones. En este sentido Baltà nos aclara que “los plaguicidas y productos fitosanitarios autorizados para el uso en la producción ecológica se encuentran especificados en el anexo II del Reglamento 889/2008. En dicho reglamento el azufre, así como el cobre o el aceite de parafina, entre otros se autorizaron en base a su uso tradicional en la agricultura ecológica”.

En este sentido pues, existe una legislación que permite dirimir aquellos productos que están autorizados de aquellos que no lo están. Asimismo también se describen las condiciones de utilización de estos productos.

La Unión Europea ha promovido cambios legislativos para lograr mayor confianza y seguridad entre los consumidores y como nos recuerdan desde la Plataforma Ecológica se van a reforzar los controles y se va a intentar armonizar con productos que vienen de fuera de la UE.

“La nueva normativa también plantea cambios para impulsar la producción de alimentos ecológicos en la UE y eliminar algunos obstáculos que impiden el desarrollo sostenible de la producción ecológica”, detallan.

En primer lugar destaca el aumento de suministro de semillas y animales ecológicos, a fin de satisfacer las necesidades de los agricultores y ganaderos ecológicos. Las excepciones contempladas en estos ámbitos expirarían en 2035, aunque podría verse modificada según la disponibilidad dichos elementos.

También incluye el concepto de granjas mixtas, dónde se permitirá la existencia de granjas que produzcan tanto alimentos convencionales como ecológicos siempre que ambas actividades estén separadas de manera clara y efectiva.

Por último, también se adoptarán medidas para facilitar la certificación a los pequeños agricultores mediante la certificación en grupo.

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