Reiniciar los servicios de OCS para la nueva normalidad: poniendo en valor la seguridad del vending

HOSTELVENDING.COM 02/06/2020.- Ahora que las restricciones se han suavizado y los entornos de trabajo han abierto sus puertas de nuevo, es momento de señalar las cualidades que convierten al vending en uno de los canales más eficaces en estos momentos en los que la seguridad y el servicio desatendido imperan. 

Desde que estallara el estado de alarma y sus consiguientes restricciones y bloqueos en toda Europa, en muchos países, las máquinas de vending se han considerado, no solo un proveedor esencial de comida y bebidas para los consumidores, sino todo un servicio público para la sociedad.

 Sin embargo, pese a tener derecho a seguir activas, la realidad es que muchos workplaces -y otros entornos en los que el vending estaba presente- se han mantenido cerrados. Eso se traduce en que una cantidad muy significativa de máquinas no estaban accesibles para los operadores de vending, o en otros casos en los que los locales seguían abiertos, los dueños no concedían al operador el permiso para la reposición y mantenimiento de las expendedoras. 

Evidentemente, esto ha causado un gran impacto en la facturación de las empresas que operan en la industria de la distribución automática -hablamos de pérdidas de hasta el 80%-. Por ello, ahora que los entornos laborales comienza a activarse gradualmente, es momento de reforzar la visión del vending y todas las ventajas que ofrece tanto para el cliente como para el consumidor final.

Aunque pudieran parecer evidentes, desde la Asociación Europea de Vending nos trasladan que existen casos en los que los dueños de dichos establecimientos no terminan de considerar a las máquinas de vending como un canal seguro para obtener productos; una visión que sin lugar a dudas colisiona con la posición que ha alcanzado el sector en estos meses -a veces, el único canal permitido en entornos tan sensibles como el sanitario-. En ese sentido, la EVA recomienda trasladar a los clientes los hechos y características del vending para demostrar su potencial en términos de seguridad, y eliminar así las posibles percepciones negativas. 

La primera palabra que aparece cuando hablamos de ventajas es: automatización. Así es, las máquinas de vending son desatendidas y, por tanto, no necesitan ningún tipo de interacción de humano a humano. Aparte de la propia seguridad que esto supone, los productos expendidos son pre-envasados y sellados desde la producción, por lo que no hay manipulación directa una vez salen de almacén. 

Y es que, a diferencia de otros entornos de venta al por menor como los supermercados o la restauración, los productos disponibles a través de una máquina expendedora no pueden ser manipulados antes de ser comprados.

Vinculado a esa higiene, cabe destacar que las expendedoras son desinfectadas y abastecidas de forma regular, tanto la superficie como el interior. En este punto, se aconseja recordar al cliente el horario de abastecimiento para demostrar esa regularidad.

Esa desinfección se traslada al personal encargado de suplir la máquina, previamente formado en técnicas y normas de higiene de cara a los alimentos, los ingredientes e incluso los envases: como las tazas de café, que además se insertan de forma totalmente automática, por lo que no son manipuladas en ningún momento por el técnico. En relación a ello, no se deben permitir los vasos reutilizables: es necesario apostar por los desechables y de un solo uso para evitar cualquier posible contagio.

Si importante es la limpieza tanto del personal como de la máquina, igual lo son las recomendaciones que los operadores de vending han de difundir tanto a sus clientes como a los usuarios finales: colocar carteles, pegatinas adicionales y animar a los consumidores a mantener la distancia mínima son algunas de las posibles acciones.

Otro punto primordial que alza a la distribución automática como uno de los puntos de venta más efectivos es la posibilidad de incluir todo tipo de sistemas de pago, sobre todo los contactless, los más demandados actualmente.

Una vuelta efectiva a los entornos laborales 

Decíamos que los workplaces están volviendo a estar activos, abandonando el método de teletrabajo. Sin embargo, esa reapertura no será una vuelta a la situación previa al Covid-19; la realidad ha cambiado y la Nueva Normalidad trae consigo cambios que los operadores deben aceptar si quieren seguir ofreciendo servicios de OCS. 

Con la introducción de normas adicionales por parte de las empresas para garantizar la seguridad de sus empleados, el vending ha de hacer una doble comprobación de las nuevas reglas que están en vigor: ponerse en contacto con la autoridad pertinente para ajustar su horario de abastecimiento y el modus operandi. Por ejemplo, los operadores podrían acordar con el cliente una política de actuación para la limpieza de la expendedora.

También es importante comunicarse con el cliente para asegurarse de que las máquinas expendedoras que han estado apagadas durante un período de tiempo no se vuelvan a encender sin que se lleve a cabo el proceso de higienización.

Por su parte, los operadores de vending deben verter todo su esfuerzo para que, tanto su oferta como su actividad, se hagan con los más altos estándares de seguridad e higiene; esto pasa directamente por la formación del personal que lleva a cabo las tareas de aprovisionamiento. Se recomienda, así, que los técnicos desechen los guantes utilizados después de la visita a cada cliente, y reemplazar sus mascarillas cada cuatro horas.

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