La expendedora, ¿aliada o enemiga para la alimentación equilibrada en el trabajo? (2ªparte)

Leer Primera Parte del Reportaje

LIMITACIÓN DE LA OFERTA POR CONTRATO

Entramos de lleno en las condiciones que por contrato algunas empresas deciden imponer a los operadores de vending para que la planificación alimentaria en sus espacios de trabajo se someta bajo control en torno a unos parámetros algo más estrictos.

Para dirigir la oferta alimentaria en el vending existen diferentes caminos. Por un lado, poner una máquina específica con productos de otra categoría, calificados de sanos o saludables, por otros, incluir y mezclar estos entre otras opciones destacándolos con algún tipo de llamada de atención y, finalmente, excluir la oferta de productos alternativos.

Esta última ha sido la estrategia adoptada por el Patronato Municipal de Deportes de Donostia que en el concurso convocado el pasado año para dotar de expendedoras los centros deportivos de la ciudad impuso una serie de condiciones que han limitado la presentación de oferta por parte de los operadores de vending.

Jesús Ruiz de Mendoza, responsable de gestionar el concurso para la explotación de las máquinas de vending de varios centros deportivos de Donostia Kirola nos relata cómo se realiza el pliego de condiciones. “Se elaboró en colaboración con el Departamento de Salud Pública y Medio Ambiente del Ayuntamiento de san Sebastián que fue el que nos hizo las recomendaciones básicas para establecer los criterios de lo que se puede considerar alimento saludable y lo que no. Era necesario contar con este asesoramiento para intentar se lo más objetivos posibles y acercarnos al que era nuestro objetivo: promocionar la actividad física y el deporte entre la población donostiarra, y consecuentemente mejorar la salud de los ciudadanos”.

Emplear el vending como canal alimentario ha sido un factor más a tener en cuenta por los gestores para emplearlo como herramienta a la hora de ayudar a mejorar la salud y hacerlo no solo para los trabajadores del centro sino para todos los usuarios de unas instalaciones públicas que son un escaparate importante.

Como era de esperar, el proceso no fue para nada sencillo. Al margen de las dudas del propio organismo sobre si era de recibo o no intervenir de manera tan directa en los hábitos alimentarios de los usuarios de los recintos deportivos, la posibilidad de un rechazo frontal por parte de las empresas también rondaba durante la elaboración del pliego administrativo, incluyendo también una posible irregularidad jurídica o administrativa al limitar tanto la posibilidad de la oferta.

A pesar de todo, la propuesta salió adelante con el apoyo de la administración y las dificultades han sido menores de las planteadas teóricamente, siendo un organismo pionero a la hora de lanzar este tipo de contrato y que ya se toma como ejemplo por otras empresas e instituciones públicas.

“Estas condiciones que se han establecido se van a tomar como base para futuras convocatorias, será lo mínimo a cumplir para la instalación de otras máquinas expendedoras y también se incluirá entre los pliegos de condiciones que complementan los concursos de adjudicación de los servicios de cafetería en los centros deportivos”, señala el responsable del departamento. Lo podremos ver en los próximos meses cuando se tengan que renovar estos contratos a punto de expirar en algunos casos.

Sobre cómo han respondido las empresas de vending a la demanda limitada, Jesús Ruiz de Mendoza asegura que “aunque se presentaron menos, las propuestas han llegado con muy buenas expectativas”. La empresa que venía prestando el servicio hasta el momento no quiso presentarse y muy probablemente el temor a una reducción drástica de la recaudación estaba entre las causas.

Esto abre la puerta a nuevas empresas, operadores que se centran en nichos de negocio y que se arriesgan a invertir por una tendencia que tiene seguimiento pero que es verdad que aún debe demorar su capacidad para llegar al público de manera masiva. Aún así, estas empresas que quizás de otra manera no podrían acceder a un gran contrato en espacios públicos, logran visibilidad y posicionarse para acceder a otras fórmulas de explotación.

“En algunos casos no lo han entendido, en lugar de verlo como una oportunidad y una apuesta por un sector de mercado que quiere mejorar la salud desde la prevención y que está sin explotar, lo han visto como una amenaza que va a reducir sus ventas de productos tradicionales”. En este caso fue la empresa Oyarzun la que se aventuró a formular su oferta y la que ha sido adjudicataria del contrato.

La aceptación por parte de los usuarios todavía es desigual. “Hay de todo, pero lo evidente es que la gente es consciente de qué productos u oferta alimentaria es mejor para su salud. Hay más conciencia sobre la necesidad de cuidarse y al final es un motivo de peso para comprar productos más sanos”. Se podría decir por tanto que no lo ven mal, pero como pasa con el caso de la Universidad el operador se da un margen de un año para poder valorar la rentabilidad del servicio.

Desde el Patronato de Deportes tienen claro el papel que quieren cumplir. Dar paso a una oferta de vending saludable lo asumen como una responsabilidad y un acto de concienciación que va en beneficio de la salud pública. Sin embargo, asumir estas obligaciones de manera independiente crea ciertos desequilibrios. No hay pliegos de cláusulas comunes para este tipo de contratos, cada ayuntamiento, cada diputación, cada hospital tiene cierta autonomía lo que provoca condiciones desiguales para las empresas.

Los departamentos de Salud Pública están para aconsejar, para destacar qué opciones son mejores dentro de las que hay en el mercado, pero no pueden imponer, eso solo se puede hacer desde normativas o legislación de rango superior y, desde luego, no está del todo claro que no incluyan en la libertad de elección y también la libertad de empresa.

Aunque hemos visto como en otros países y en ámbitos concretos como en el de la educación se apuesta decididamente por legislar y hacerlo de forma restrictiva, por el momento en España solo existen limitaciones para el sector escolar.

ENTONCES, ¿ALIADAS O ENEMIGAS?

Es evidente que el vending es un canal importante a la hora de diseñar programas de alimentación saludable en el trabajo. Se debe tener en cuenta para tratarlo de manera independiente, aprovechar sus cualidades y abordarlo desde un punto de vista más amplio.

Hay empresas operadoras que están orientando su oferta de manera decidida a cubrir las necesidades de estos programas de alimentación saludable, apostando por proveedores locales y artículos variados que van desde galletas integrales a fruta envasada. También hay grandes compañías del sector, con un número superior de máquinas en explotación, que elaboran programas concretos que satisfacen las demandas del “vending saludable”, pero sin terminar de especializar su oferta.

El riesgo sigue siendo invertir en un punto de venta automático y que este no sea rentable a medio plazo. Existen muchas dudas sobre las posibilidades de recaudación de una oferta más sana, además de suponer un esfuerzo extra por parte del operador a la hora de tratar alimentos mucho más delicados y de proximidad, como es el caso de las frutas y las verduras. Por contra, también son productos que manejan márgenes más flexibles desde los que abordar planteamientos más ambiciosos que, por otra parte, pueden compensar las previsiones de un consumo menor.

Sin embargo, no está demostrado que el consumo de estos productos sea menor. Productos con alto contenido calórico responden a deseos inmediato y un consumo por impulso que siempre ha ido asociado al vending. Más cuando hablamos de alimentación o de oferta alimentaria en el trabajo, este concepto cambia de manera importante y también cuando el consumidor valora su alimentación de forma global. A cualquier se le puede apetecer un dulce en un momento dado y se lo regala como “premio”, pero si quiere mantener una alimentación equilibrada optará por comer fruta todos los días, zumos naturales, cereales integrales… Lo hará de manera habitual para poder permitirse esos caprichos de vez en cuando, por lo que se nos antoja que la larga la comida sana tiene mayor recorrido.

Las formas de implicar al vending en los programas alimentarios son muy diversas. Desde diseñar una oferta totalmente limitada ya sea en concurso públicos como en condiciones a la hora de instalar una máquina en una cantina de una fábrica a compaginar alimentos “saludables” con otros que lo pueden ser menos, resaltando los valores de los primeros o creando llamadas de atención que informen de manera clara de los beneficios de unos sobre otros.

En este último caso saber transmitir la información es esencial. Desde la planificación de los programas de salud, es esencial trabajar de manera directa con el usuario final de la máquina y, por su puesto, crear un sistema que sea sencillo de entender a la hora de aportar esa información sobre los productos que se pueden consumir.

Una máquina expendedora debe ser una aliada en cualquier estrategia alimentaria que se quiera difundir puesto que es un elemento con el que se tiene un contacto directo, de fácil acceso y que además se ha revelado como una gran soporte informativo por sus características. Si además incluimos todas las posibilidades que incorpora la tecnología, el abanico se amplía mucho más.

Hablamos de pantallas informativas que pueden proporcionar todos los datos de cualquier artículo que se quiera adquirir, desde sus ingredientes a su composición, su contenido calórico o la cantidad de sal con la que se ha elaborado. También de opciones que van a un control mucho más exhaustivo, máquinas que limitan el consumo de ciertos productos gracias al reconocimiento de la persona, pudiendo bloquear los productos con gluten para los celíacos o diseñando recomendaciones para perfiles determinados de personas que están llevando una dieta.

Y no nos extraña. Además si observamos el entorno que nos rodea, esta propuestas no desentonan. Hace poco se daban a conocer los resultados del programa Food4Me, un proyecto de cuatro años de duración que recibió fondos de la Comisión Europea. Su objetivo era identificar los retos y las oportunidades de la nutrición personalizada mediante un estudio europeo sobre la materia realizado a través de Internet. En el marco de la investigación se estudió el desarrollo de modelos de negocio, las actitudes de los consumidores, los avances tecnológicos y las cuestiones éticas y legales. Del estudio paneuropeo del proyecto, en el que participaron más de 1 500 personas, se desprende que los consejos nutricionales personalizados resultan más eficaces para mejorar los hábitos alimentarios que el asesoramiento convencional dirigido a la población en general.

Tras seis meses en el estudio, los participantes que recibieron consejos personalizados sobre nutrición y estilo de vida seguían dietas mucho más saludables que los del grupo de control, quienes recibieron información no personalizada, dirigida a la población general. Este hecho era independiente de que la personalización se basase exclusivamente en la dieta, el fenotipo o el genotipo.

Los investigadores de Food4Me también se propusieron identificar las necesidades específicas de los consumidores en materia de nutrición personalizada y sus métodos de administración. Gracias a un sistema de encuestas en línea, el equipo de investigadores constató que los participantes estaban dispuestos a pagar por servicios de nutrición personalizada. Asimismo, los resultados de los grupos temáticos sugieren que los consumidores tienden a valorar mejor la nutrición personalizada cuando viene acompañada de un marco regulatorio transparente y fiable asociado a las tecnologías genéticas humanas.

Los resultados reflejaron que ni la Unión Europea ni sus Estados miembros disponen de instrumentos legales que se refieran específicamente la nutrición personalizada. Si la nutrición personalizada se regula como una actividad económica convencional, los derechos de los consumidores estarían amparados por la normativa comunitaria vigente. Sin embargo, si el asesoramiento en materia de nutrición personalizada se considera un servicio sanitario, los derechos de los pacientes no serían los mismos en todos los Estados miembros. Un paso esencial para el desarrollo de esta actividad en Europa consistiría en categorizar cada servicio de nutrición personalizada: ¿se trata o no de un servicio sanitario?

Las nuevas aplicaciones que se desarrollan para el vending permiten una total identificación del consumidor, sus gustos y sus necesidades siendo un elemento de grandes capacidades para lograr esta personalización de la oferta en espacios de trabajo.

Sin duda las expendedoras son una aliada y desde luego una herramienta muy activa para lograr objetivos ambiciosos en el plano alimentario.

Descarga el último número
de nuestra revista