Directiva Europea sobre el 'deber de diligencia': Desafíos para la distribución automática

HOSTELVENDING.COM 24/11/2023.- En Bruselas, el último diálogo a tres bandas entre el Consejo de la UE, el Parlamento y la Comisión ha marcado un hito con la discusión de la directiva relativa al 'deber de diligencia' de las empresas en materia de sostenibilidad. La Comisión Europea sostiene que esta directiva es esencial para impulsar la transición hacia la sostenibilidad social y medioambiental, así como para fortalecer la economía de la UE. Sin embargo, para la distribución automática, estas novedades normativas plantean desafíos significativos.
El objetivo de alcanzar la aprobación final antes del fin de la legislatura y la aplicación en 18 meses de los Estados miembros presagia un cambio drástico en las operaciones de grandes empresas con más de 500 empleados y un volumen de negocios superior a 150 millones de euros. El impacto se expandirá a las empresas medianas en un plazo máximo de dos años. En el radar, destacan diferentes operadores del sector, de aprobarse la directiva, se verán forzados a cumplir con estas nuevas obligaciones en un plazo de cuatro años.
La esencia de la directiva es la introducción del "deber de diligencia debida", que obliga a las empresas a evaluar los impactos sociales y medioambientales negativos a lo largo del ciclo de vida de sus productos o servicios, extendiéndose incluso a las actividades de sus filiales y cadenas de valor. Este debe consta de seis pasos, desde la adopción de una conducta empresarial responsable hasta la reparación de los daños causados, si es necesario indemnizar a las víctimas.
Una autoridad nacional específica supervisará la aplicación de estas obligaciones, y las empresas se enfrentarán a un régimen de responsabilidad civil por los daños derivados de su incumplimiento. La transparencia y la comunicación sobre las medidas correctoras serán esenciales, sometiéndose a la vigilancia de una red europea de coordinación.
Un capítulo crucial de la directiva se centra en el cambio climático, exigiendo a las empresas la adopción de un plan para alinear sus modelos de negocio con la transición ecológica y limitar el calentamiento global a 1,5 °C. Las empresas deberán incluir objetivos de reducción de emisiones, sujetos a control administrativo y vinculados a la remuneración variable de los directivos en las empresas pertinentes.
Aunque la directiva busca proteger contra el dumping social y medioambiental, la realidad es que las obligaciones y cargas serán considerables. La urgencia para adaptarse a estos cambios se convierte en una tarea apremiante para el unattended. La cita está fijada, y el desafío es claro: equilibrar la sostenibilidad con la supervivencia económica en un tiempo récord.