El futuro es más negro para los estanqueros que para las máquinas de tabaco

HOSTELVENDING.com | 07/06/11.- La falta de apoyo a los estancos podría dar al traste con el concepto de este comercio tradicional. Como durante muchos meses le ha ocurrido a las máquinas automáticas de tabaco, las ventas del producto han caído, principalmente por los efectos derivados de la Ley Antitabaco. El vending, es cierto, se ha beneficiado de la apertura de nuevas ubicaciones para darle la vuelta a esas cifras, pero este problema sigue siendo acuciante para los estancos. La crisis económica, junto con el aumento y constante cambio en la fiscalidad del tabaco, y la bajada en el consumo, puede llevar al cierre a muchos de los 1.775 estanqueros que están actualmente funcionando en tierras catalanas. De esta cifra de comercios (según comunica el Gremio de Estanqueros de Cataluña), dependen nada menos que 5.300 personas, junto con otros 15.000 puestos de trabajo indirectos. La subida de impuestos y la prohibición total de fumar en muchos lugares públicos han provocado un importante descenso en las ventas de un 20% en el primer trimestre del año. Las normas relativas al tabaco, según confirman las agrupaciones de estanqueros, son muy rígidas, excepto en lo que respecta a los precios y en los movimientos de la carga impositiva.
Los tres mayores importadores de tabaco, Imperial, Japan Tobacco y British American Tobacco se enzarzan a diario en una guerra de precios que no beneficia en nada al minorista ni al operador de vending, por un lado por una confusa relación con el cliente y, por otro, porque los cambios de precio no tienen carácter retroactivo. Es decir, si un estanquero o un operador se hace con un partida de tabaco a un precio, y después suben la tarifa final, el margen es menor para una partida ya adquirida antes de la modificación del precio. Muchos empresarios han decidido asumir las adquisiciones a diario, aumentando los gastos de logística y transporte. Que el tabaco esté continuamente en las polémicas de la actualidad, anunciándose siempre las subidas de precio como arma arrojadiza, tampoco ayuda en demasía al sector.