El vending de bebidas calientes, obligado a encontrar un vaso 100% ecológico

HOSTELVENDING.com 16/01/2015.- Aunque cada vez hay propuestas más respetuosas con el medio ambiente y los fabricantes de vasos invierten en buscar alternativas que permitan una mejor recuperación de los materiales empleados y un menor desgaste en el proceso de elaboración, el futuro de los vasos de vending pasa por encontrar un material totalmente ecológico.
Iniciativas como la que vimos el año pasado de la Fundación Autónoma Solidaria de la Universidad de Barcelona ponen de manifiesto el rechazo y la polémica que genera el uso de materiales plásticos y, por qué no decirlo, también de papel, en este tipo de recipientes.
Al día se sirven millones de café en todo el mundo desde las expendedoras de bebidas calientes lo que se traduce en millones y millones de toneladas de plástico que, en su mayoría, no se recupera porque va a parar al contenedor equivocado o porque no hay conciencia de su adecuado tratamiento por parte del consumidor.
Ya nos lo planteaba hace unos años Inés Guillemin de Veriplast que advertía que incluso “los vasos de papel que se publicitan como biodegradables en realidad son un engaño, porque están cubiertos con una capa de polietileno”. La solución acabar con este material y hacerlo por ley.
En Estados Unidos ya han empezado y una ciudad tan cosmopolita y mediática como Nueva York ha sido la última en sumarse a esta prohibición del poliestireno, una noticia que ha corrido como la pólvora y que debe poner sobre aviso a los fabricantes que utilizan este tipo de material que no solo encontramos en los vasos de vending, sino también en bandejas de comida, platos y rellenos para el embalaje.
En la ciudad norteamericana se realizó un ambicioso estudio desde el Departamento de Saneamiento que se encarga de asumir la gestión de los residuos. En las conclusiones el trabajo es muy explícito: “el poliestireno es un tóxico ambiental que no se puede reciclar”.
No es una afirmación que esté exenta de detractores. Es más, su férreos defensores opinan que el plástico, el poliestireno, si no está mezclado con otras sustancias se puede recuperar y reutilizar, aunque admiten que no es biodegradable.
Y si se puede recuperar, aunque no se al 100%, ¿por qué se prohibe en Nueva York? Pues básicamente porque se ha tenido en cuenta que no todos los consumidores son responsables con el reciclado de los productos que incluyen este tipo de plástico que, al final, no se recupera, siendo un peligro potencial para el medio ambiente.
No se dice, pero también hay corrientes que alertan sobre sus consecuencias sobre la salud. Sin estudios a largo plazo, hay ciertos indicios que alertan sobre su acción sobre los alimentos, siendo el estireno un producto que se relaciona con alteraciones endocrinas y efectos carcinogénicos como declara Miquel Porta, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública en la Universidad Autónoma de Barcelona, a El País.
En Estados Unidos el uso de este material se permite a nivel nacional, sin embargo, hay más de un centenar de ciudades que ya lo han prohibido como es el caso de San Francisco o Portland. Hay más conciencia ecológica, pero lo cierto es que no se ha valorado el coste de las alternativas que se proponen, ya que se van a seguir usando vasos de un solo uso para el café y bandejas para la comida preparada.
¿Estamos dispuestos a pagar más por utilizar recipientes menos contaminantes? ¿Y que surjan nuevos impuestos para sufragar la investigación que se necesita para hallar opciones realmente respetuosas con la naturaleza y la salud? Pues habrá que contestar a esta pregunta si se quieren mejorar las tasas de reciclaje que se presentan en la actualidad y que avanzan de manera muy lenta en comparación con los datos de hace una década.
En Europa no parece que se vayan a adoptar estas medidas tan radicales en un corto espacio de tiempo, pero no se puede descartar. Los fabricantes de vasos para el vending como NiSi, Huhtamaki, Veriplast…, cuentan con gamas más respetuosas con el medio ambiente, pero en muchas de ellas se utiliza este material, prohibido ahora en Nueva York, por lo que habrá que seguir de cerca su evolución.