Alemania, una maquinaria bien engrasada
Alemania: el país de los coches, la cerveza, la música clásica; patria de Einstein, Beethoven, Nietzsche... De un país con estos antecedentes sólo se puede esperar 3 cosas: eficiencia, eficiencia, eficiencia.
Alemania: el país de los coches, la cerveza, la música clásica; patria de Einstein, Beethoven, Nietzsche... De un país con estos antecedentes sólo se puede esperar 3 cosas: eficiencia, eficiencia, eficiencia.
Según datos de la Associação Portuguesa de Venda Automática (APVA), existen más de 130.000 máquinas de vending en Portugal. Las mismas se pueden desglosar en 30.000 máquinas de tabaco, 60.000 expendedoras de bebidas, snacks y alimentos (la mitad de ellas pertenecientes al segmento del kit vending: máquinas sin hopper) y más de 40.000 máquinas de telefonía, parking y billetería de transportes.
En un país tan inmenso como Canadá (el segundo más grande del mundo), 200.000 máquinas automáticas pueden parecer pocas. La cercanía del país más rico del mundo y los múltiples ejemplos que encontramos de sinergias e imitaciones de modelos comerciales estadounidenses invitan a pensar que la consolidación final del vending está esperando su momento y emprendedores adecuados.
Su impresionante mercado inmobiliario, el imparable crecimiento de su comercio internacional y, como no, su valioso “oro negro”, han colocado a los Emiratos Árabes Unidos (EAU) como uno de los países con mayor crecimiento en inversión privada foránea.
En esta nación árida, contribuyendo con su granito de arena y, sobre todo, aprovechándose del proporcional incremento del consumo y de las necesidades de su automatización, el Vending tiene su espacio.
Desde un principio los snacks han jugado el papel de tío enrollado de nuestra dieta, ocupando los pequeños espacios que comidas teóricamente más importantes dejaban libres; sirviendo de pasatiempos...