Más que una tienda tradicional, la carnicería riojana que conquista con su servicio de vending

HOSTELVENDING.COM 20/08/2024.- Poder conseguir unas hamburguesas a las diez de la noche porque se ha improvisado una cena con amigos y no hay nada disponible en casa. Comprar un poco de chorizo y jamón en el último minuto porque se sale de escapada temprano al día siguiente y hay que llevar provisiones. O simplemente adquirir esos filetes que olvidaste en la compra semanal y que necesitas para el mismo día. Para estas y muchas otras situaciones está el servicio de vending en la Carnicería Marisa de Alberite.

El paisaje de las tiendas de conveniencia ha vivido toda una dosis de innovación en los últimos años, en gran medida debido al creciente interés de los consumidores por la tecnología. La digitalización se ha integrado profundamente en nuestras vidas, y las soluciones digitales brindan a los compradores la comodidad y familiaridad que buscan. Sí, familiaridad, porque no están reñidas cercanía y automatización; más bien, todo lo contrario. En este entorno, las máquinas expendedoras, un elemento clásico del comercio, están demostrando su capacidad para adaptarse y optimizar cualquier negocio.

Una de las principales ventajas de las máquinas automáticas es que están disponibles las 24 horas del día, sin limitaciones de horarios ni festivos.

Bajo esta premisa, hace apenas tres meses, una carnicería tradicional de la localidad riojana de Alberite, apostó por el potencial del vending en su negocio familiar. Este servicio, ubicado en la calle de Las Parras, se ha vuelto indispensable para los vecinos de la localidad y de otras áreas cercanas. Consiste en una máquina de vending refrigerada que ofrece embutidos, queso, filetes de lomo adobado, jamón, costillas, alas de pollo, cachopo, ternera, secreto… Carne fresca y curada que se repone diariamente. Y, además, de origen ecológico.

La decisión de instalar este servicio de retail automático en un negocio que abrió sus puertas en este mismo lugar en los años 50 surge del constante afán de innovación que siempre ha caracterizado a Marisa, la gerente. En el pasado, era su suegra Rosi quien atendía a los clientes tras el mostrador de una carnicería más tradicional en esta callejuela de Alberite. Sin embargo, Marisa sintió la necesidad de darle un nuevo enfoque al negocio familiar, Embutidos Luis Gil, que también posee su propia granja de cerdos Duroc criados ecológicamente en Las Ruedas de Ocón. Esta decisión marcó un punto de inflexión, cambiando tanto el consumo como la forma de comprar.

De este modo, Marisa completa el ciclo apostando por un nuevo canal de venta que permite diversificar y adaptarse a las necesidades de sus clientes las 24 horas del día. “Y, además, con un producto de calidad que el público sabe apreciar, por eso acuden tanto jóvenes como mayores”, explica Rosa Gil, hija de la propietaria.

Una carnicería de pueblo que ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos, manteniendo a su clientela de siempre, los locales, y atrayendo a nuevos consumidores. "Aquí vendemos mucho a domicilio por todo el país gracias a nuestro producto ecológico y estamos cada vez más enfocados en un público joven y en nuevas tendencias, algo que hemos notado con nuestra participación en ferias. Sin embargo, no olvidamos que nuestra comunidad local sigue siendo una parte fundamental de nuestro público. No aspiramos a convertirnos en un supermercado, pero queremos ofrecer un buen servicio dentro de nuestras posibilidades y ampliar nuestra oferta", explica Gil.

Aunque el cerdo ecológico es el producto estrella, la carnicería también ofrece una amplia variedad de carnes y cortes: cordero lechal, ternera, carne para guisar, entrecot japonés, wagyu, potro, entre otros. Hace pocos años, este tipo de oferta era difícil de imaginar, ya que la mayoría de los clientes eran mayores y locales. Hoy, la Carnicería Marisa distribuye sus productos a todo el país gracias a los envíos a domicilio.

"Nos gusta traer productos diferentes para que los clientes prueben cosas nuevas, y hemos visto que tienen buena acogida. Al final, se trata de encontrar nuevas oportunidades sin perder nuestra identidad. Tenemos la suerte de que nuestros padres han apostado por innovar, incluso sin necesidad de hacerlo, porque tienen una mentalidad abierta y querían que esta carnicería fuera más que una tienda tradicional", comenta.