Vending en Canadá

En un país tan inmenso como Canadá (el segundo más grande del mundo por territorio neto), 200.000 máquinas automáticas pueden parecer pocas. La cifra no es nada desdeñable si pensamos que su población supera ligeramente los 33 millones de habitantes (una máquina por cada 165 habitantes), aunque todavía se aleja bastante de las cifras per capita que manejan Japón (una máquina por cada 25 habitantes), la Unión Europea (una máquina por cada 128 habitantes) o los Estados Unidos (una por cada 37 ciudadanos). Precisamente, la cercanía del país más rico del mundo y los múltiples ejemplos que encontramos de sinergias e imitaciones de modelos comerciales estadounidenses invitan a pensar que la consolidación final del vending está todavía latente, esperando por el momento y los emprendedores adecuados.
La obtención de información sobre la industria del vending en Canadá resulta tan complicada como en otros muchos estados. A este respecto, se agradece la sinceridad de instituciones como la Asociación Canadiense de Vending, que lejos de jugar con datos ficticios con los que paliar la sed informativa de sus asociados (hecho que suele ocurrir con cierta asiduidad en otros países) opta por manifestar, a claras luces, que no existen cifras oficiales sobre este mercado. Hemos tenido que remover tierra y agua para demostrar lo contrario. Con la ayuda de la embajada estadounidense, informes de su Servicio Exterior de Agricultura y de la publicación especializada canadiense Canadian Vending & Office Coffee Service Magazine, hemos sido capaces de recaudar un material interesante que, una vez desgranado, puede darnos una idea del estado de la venta automática en el estado americano.
Datos confusos
El vending aglutina en torno al 4% de todo el consumo fuera del hogar en Canadá. Si mencionábamos antes que el número de máquinas estaba todavía lejos de la media europea (hay que tener en cuenta que las expendedoras de tabaco están taxativamente prohibidas en todo su territorio desde mediados de los 80), no podemos decir lo mismo sobre las tasas de crecimiento de este mercado, que, según se desprende del informe del Servicio Exterior de Agricultura estadounidense, experimentó incrementos medios del 5% entre 1996 y 2002, un ritmo de crecimiento semejante al vending europeo.
Sin embargo, en la historia reciente del vending en Canadá, no todo es Jauja. De acuerdo con los datos recopilados por su Agencia Nacional de Estadística, la facturación de la industria ha disminuido entre los años 2003 y 2006. La reducción de ingresos, no obstante, no ha ido acompañada de una contracción de los márgenes, que se han mantenido (y en algunos casos expandido) al mismo tiempo que se restringían los gastos.
Tenemos que coincidir con la Asociación de Vending de Canadá en que la disparidad de datos es lo suficientemente evidente como para albergar dudas sobre su fiabilidad: desde el organismo dependiente del gobierno estadounidense se afirmaba que sólo el vending de alimentación y bebidas alcanzó los 1.000 millones de dólares americanos (754 millones de euros) de facturación en 2002, por los 712 millones de dólares canadienses (435 millones de euros) que reflejaba la Agencia Nacional de Estadística canadiense, en ese mismo año, para toda la industria del vending. No podemos posicionarnos de forma contundente por uno u otro organismo, aunque una agencia nacional siempre suele contar con más medios sobre el terreno que una institución extranjera, aunque ésta venga de los mismísimos Estados Unidos de América.
Cultura del snack
El Servicio Exterior de Agricultura americana desglosa los 1.000 millones de facturación del vending alimenticio en segmentos: un 67% dedicado a bebidas, un 21% para repostería y snacks, un 10% para alimentos y aperitivos alternativos y un 2% para helados.
Según la Asociación de Servicio de Comidas y Restauración de Canadá, nueve de cada diez canadienses toman alguna clase de snack, bien como sustituto de la comida tradicional, bien como acompañante. Asimismo, de acuerdo con dicha asociación, ocho de cada diez de sus nacionales afirman tomar al menos un snack al día. Entre los aperitivos para vending se aprecia que los nuevos productos, como la fruta, las barritas de cereales y las galletas, están cogiendo protagonismo, a pesar de que los productos clásicos como el chocolate siguen liderando las ventas y los gustos del consumidor.
La demanda de opciones alimenticias más sanas es cada vez mayor en Canadá y, así, diversas provincias han declarado en los últimos años la guerra a la “comida basura”. Gobiernos regionales como el de Ontario ordenaron la retirada de alimentos calificados como no nutritivos de los colegios locales. Concretamente, desde enero de 2005, los productos que pueden ofertar las máquinas se restringen a leche, zumos 100% a base de fruta y verduras, agua, bebidas derivadas del yogurt, queso, magdalenas, barritas de muesli, palomitas y una galletita salada local con forma de lazo.
Dieta sana, dieta rápida
Los precocinados han sido uno de los sectores que mayor impacto han tenido en el vending canadiense de los últimos años, convirtiéndose en uno de los segmentos de la industria con mayor proyección. Además, se observa que los operadores optan cada vez más por los productos congelados en detrimento de los refrigerados, al presentar una mayor durabilidad y buscando también reducir los gastos de transporte en la reposición de producto ya caducado. En este apartado, los artículos más populares son las pastas, pizzas, empanadas, burritos y preparados de cocina china.
Por otra parte, las regulaciones cada vez más restrictivas en la distribución de alimentos no nutritivos han supuesto, al mismo tiempo, una oportunidad para la introducción de alternativas saludables en la distribución automática, la cual se está mostrando como un vehículo ideal para la expansión de este tipo de alimentos.
Culto al café
La cultura del café también ha llegado a Canadá. El consumidor de café de máquina ya no es aquel individuo que se conformaba con entregar una “propinita” a cambio de un brebaje caliente con la dosis de cafeína necesaria para mantenerlo despierto en el trabajo. La gente viaja cada vez más, conoce nuevas culturas y gana referentes a la hora de comparar sabores. El refinamiento de los paladares canadienses está reconfigurando el Office Coffee Service del país norteamericano, y se presenta como una oportunidad ideal para incrementar los márgenes de los operadores. En este sentido, los informes sobre la venta automática en Canadá coinciden a la hora de señalar el café gourmet (junto con los aperitivos dietéticos y los zumos de fruta) como el “producto vending” con mejores perspectivas. Además, la marca está jugando un papel más importante que nunca en la venta automática, con la participación de las grandes internacionales tanto en el desarrollo de la máquina como del producto dispensado.
Peso pesado
Como se deduce de lo anterior, la línea que divide los servicios de restauración y el vending está cada vez más difuminada. Sabíamos que las cafeterías y los restaurantes llevaban tiempo ofreciendo posibilidades de autoservicio automático. Ahora, es el turno de la industria del vending de equipararse a la restauración en cuanto a variedad y, sobre todo, calidad de sus productos. En un mundo cada vez más global, Canadá no podía escapar de esta tendencia. Conserva, no obstante, su propia seña de identidad, también en el vending: además del sabor, los operadores canadienses han percibido que el tamaño de los artículos es también fundamental a la hora de llamar la atención del consumidor, ganando terreno las envolturas con formatos de 70 u 80 gramos, en detrimento de las de 40 gramos. Y es que, ¿qué son 40 gramos para un país veinte veces más grande que España?