Los impuestos a los refrescos: del impacto inicial en el vending a la estabilidad

HOSTELVENDING.com 09/04/2018.- Del miedo previo al impacto de la entrada en vigor de las nuevas tasas que gravan el consumo de bebidas azucaradas pasando por las adaptación y su repercusión en las ventas para acabar en un nuevo equilibrio.
Así es como han vivido los operadores portugueses la imposición de las nuevas tasas a las bebidas azucaradas, unos impuestos que se introdujeron en 2017 con la intención de recaudar más de 80 millones de euros para los servicios de salud del país vecino.
Tras la petición realizada por la Organización Mundial de la Salud a los gobiernos de todo el mundo para gravar las bebidas con altos contenidos en azúcares como medida para compartir la obesidad, algunos países se han ido sumando a las iniciativas puestas en marcha en México o Francia.
Portugal fue uno de ellos y tras un año asumiendo esos 16,5 euros por hectolitro marcado para las bebidas con un contenido equivalente a 80 gramos de azúcar por litro y 8,22 euros por hectolitro para las que tienen menos, hemos hecho balance con algunas de las empresas que se dedican a la explotación de máquinas expendedoras.
Aunque la repercusión ha sido notable, el peor momento ya ha pasado e incluso hay enseñas que lo han reconvertido en una nueva oportunidad poniendo en marcha modelos de negocio alternativos y potenciando una oferta variada que ha abierto otros nichos de mercado antes impensable.
Como nos comentaba la responsable de comunicación de la Asociación de Fabricantes de Refrescos, Genoveva Sánchez, en su momento, los impuestos a las bebidas no siempre funcionan como un factor determinante en la disminución del consumo. Se plantean como una medida regresiva que afecta a las clases más modestas pero que no acaba con el problema de raíz.
Sin embargo, es evidente que a corto plazo logra el primero objetivo que es una disminución de las compras motivadas por el aumento de precios que las marcas terminan repercutiendo al consumidor final. Según detalla Francisco Mendoça, secretario general de la Asociación Portuguesa de Bebidas Refrescantes No Alcohólicas, con los nuevos impuestos el aumento de precio se situó entre un 25% y un 20% en los canales de alimentación provocando una disminución de las ventas de entre el 3% y el 5%.
Por su parte, el Ministerio de Salud, justificando en cierta manera la decisión tomada, avanzaba en junio del pasado año que el retroceso se acercaba al 72% en el consumo.
Empresas operadoras de vending en Portugal
En el vending las bajadas en la facturación no han sido tan notables, pero sí se han producido. Según las empresas consultadas, tras un año con las nuevas tasas, las ventas se han resentido entre un 15% y un 40% según los casos.
“Inicialmente, notamos una reducción en las ventas significativas que en nuestro caso se acercaron al 15%, pero esta tendencia ha ido disminuyendo con el paso de los meses y al final se ha ido equilibrando”, nos señala Nuno Trindade de Nutrivend.
Otros casos han sido más sangrantes como el de MVending, cuyos impactos iniciativas han llegado al 35% de la recaudación. También coincide en el hecho de que tras el primer año, la disminución se ha frenado, pero el problema persiste en las “bajas facturaciones”, afirma Davis Morgan.
El mercado se ha reestructurado y como ya lo advertíamos en noviembre en nuestra revista, una consecuencia clara ha sido el descenso considerable en inversiones a través de la compra de máquinas nuevas. La incertidumbre sobre la evolución de las ventas y unas malas perspectivas en cuanto al aumento de medidas disuasorias para la compra de determinados productos con altos contenidos en grasas y azúcares, ha provocado que los operadores dejen de invertir en la renovación del parque de máquinas.
A pesar de que la economía en el país vecino mejora (el paro baja un 9,4% y el crecimiento se hacer al 2,5%), los datos de venta de máquinas que aportan los fabricantes correspondientes a los dos primeros trimestres del año eran bastante negativos. Durante el primer trimestre de 2017 y todavía en periodo de adaptación a los nuevos impuestos, apenas se vendieron 800 unidades, lo que significó un 7% menos que en el mismo periodo de 2016.
“Teníamos proyectos para aumentar el parque de máquinas, pero nos vimos obligados a cancelar el pedido”, nos cuenta Morgan cuya compañía sigue a la espera de un cambio de rumbo en el sector, ya que en su caso no se ha visto incrementada la venta de otros productos. “El consumo de productos saludable se mantiene igual que antes de la entrada en vigor del impuesto”, detalla. “La industria del vending es complicada en Portugal, tenemos poca variedad de productos saludables y los pocos que existen tienen precios muy altos”, por lo que ve complicado un cambio de paradigma.
Sin embargo, hay ejemplos en los que no se ha notado nada, eso sí, porque los precios se han mantenido iguales. Desde la empresa Zin, su máximo responsable Tiago Bilbao asegura no haber tenido ningún impacto en el volumen de ventas al haber asumido ellos mismos las pérdidas. Y eso a pesar de que perciben cierto cambio de actitud hacia nuevos productos. “Creo que en general hay una tendencia hacia el consumo de productos más saludables pero hay clientes que no cambian sus hábitos”, afirma Bilbao.
El tejido empresarial mira al futuro con expectación y sin pesimismo. “Las ventas han vuelto a la normalidad después del impacto inicial. Los productos sujetos a la nueva tasa de impuesto siguen siendo muy buscados por el público y seguirán teniendo un peso considerable en las ventas en el mercado vending, así que entiendo que poco o nada cambia” más allá de la subida de precios y la mayor recaudación por parte del estado recalca el responsable de Nutrivend.
A eso se suma la buena marcha de la economía en Portugal. El Instituto Nacional de Estadística (INE) confirmó que la economía portuguesa creció un 2,7% en 2017, lo que implica un crecimiento de 1,2 puntos porcentuales comparado con 2016 y supone la mayor expansión de la economía lusa desde el año 2000.
En su análisis inicial de los resultados el INE señaló que la aceleración del crecimiento se debía al aumento de la demanda interna y la "aceleración de la inversión" en el país. “Ha habido una mejora en la confianza de los consumidores y esto se refleja en nuestro mercado. Las ventas alcanzan cifras optimistas, también porque el mercado ha vuelto a crecer en potenciales clientes (sobre todo industria)”, manifiesta Nuno Trindade.
Ante nuevos retos
Por tanto, 2018 puede ser un buen año para el vending en Portugal una vez asumidos los nuevos precios y los nuevos gastos. Además, como ha sucedido en nuestro país, el Gobierno luso tiene pendiente un acuerdo con la industria para apostar por la reformulación de los productos.
"Vamos a discutir objetivos concretos para ciertos productos de aquí a los próximo años. Nuestra propuesta pasa por reducir la sal y el azúcar en los productos que consideramos más importantes, para ver si podemos, de esta manera, mejorar la calidad de la comida portuguesa", dijo Fernando Araujo, responsable del misterio de Salud.
Los alimentos como cereales, refrescos, patatas fritas, sopas listas para consumir, galletas, yogures, leche con chocolate o tostadas deberán ser reformuladas a raíz de este acuerdo, explicó Fernando Araújo, adelantando que también quedarán definidas las responsabilidades de las partes, que, en el caso la industria, será producir alimentos con menos cantidad de sal y azúcar.
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